Y os tengo que decir que, SI con mayúsculas, estamos muy bien adaptados a la escasez y a los alimentos no procesados industrialmente, tal como la madre Naturaleza nos lo ofrece.
Afortunadamente en los últimos años han aparecido una serie de estudios que demuestran que respondemos muy bien a la escasez y fatal a la sobreabundancia, responsable de epidemias tan brutales y tan o más asesinas que la del Covid, como la obesidad, diabetes, hipertensión y tantas patologías degenerativas como las enfermedades autoinmunes, cánceres o el alzheimer relacionadas directamente con el estilo de alimentación.
De hecho, el único estudio que ha demostrado aumentar la longevidad fue mantener una restricción calórica de un 30% sobre la dieta habitual en un grupo de monos.
En 2016 el Dr. Yoshinori Ohsumi recibió el premio nobel de Medicina por la descripción de un proceso conocido como «Autofagia».